Ariadna, la hija del rey Minos y la reina Pasifae, era la princesa del laberinto. Cuando el héroe Teseo desembarcó en la isla de Creta, Ariadna se enamoró de él. Ella le pidió al artesano Dédalo, que había diseñado el laberinto en el que se hallaba confinado el Minotauro, que le ayudara a guiar a Teseo por el laberinto. Dédalo le entregó una bobina de hilo, advirtiéndole que la atara a la puerta del laberinto, que la desenrollara camino al centro, y luego la rebobinara para volver sobre sus pasos.
Teseo entró en el laberinto y siguió al Minotauro hasta su guarida, en el corazón del laberinto. Pelearon y Teseo asesinó a la bestia. Luego siguió el hilo, que Ariadna le había entregado, para encontrar la salida.
Neda era una joven iraní que también estaba en un laberinto, en el de su país, Irán. Pero la bestia, su asesino, la mató de un disparo en Teherán el pasado sábado 20 de junio…
In memorian
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