Un día le robaron a Nasrudín el asno que había sido el compañero de su vida. Mediante los servicios de un pregonero, prometió una buena cantidad de dinero a quien le devolviese el asno. Pero nadie se presentó.
Entonces Nasrudín se decantó por las amenazas. Anunció que el ladrón sería duramente castigado, incluso azotado en la plaza pública.
Y nada. Nadie vino.
Entonces, mandó anunciar por todas partes que, si no se le devolvía su asno, haría lo que hizo su padre, sin precisar nada más.
Al día siguiente apareció el ladrón y le devolvió el asno. Le confesó a Nasrudín que aquella amenaza lo había intimidado e impresionado mucho: “Haré lo que hizo mi padre”. Y le preguntó:
-¿De verdad lo habrías hecho?
-Sin dudarlo.
-¿Y qué hizo tu padre?
-Se compró otro asno...
4 comentarios:
Bonito relato. Hace pensar.
Un abrazo
Los cuentos del mulá Nasrudín, una especie de Sancho Panza para el Oriente musulmán, siempre son recomendables. Soportaron tiempos muy duros pero sobrevivieron, como lss buenas historias populares. Y como las hadas, claro... :-)
Me encantan los cuentos de Nasrudín, siempre me sorprenden.
Saludos
Porque creo que reflejan una sabiduría sencilla pero eficaz. Sorprenden por su gracia y sencillez, que no es lo mismo que la simpleza... Saludos, Alejando :-)
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