Joseph Campbell, en su libro El héroe de las mil caras, dijo que la mitología era el canto del universo, la música de las esferas. Porque en todo el mundo habitado, en todos los tiempos y en todas las circunstancias, han surgido los mitos del hombre, han aparecido los héroes.
En los últimos tiempos florecieron en Túnez, y alguno, desesperado, se inmoló. También los hemos visto en Irlanda y en Grecia, incluso muriendo en sus parques, bajo las luces de la prensa y de la televisión. Han recorrido, con sol y con lluvia, las calles de Chipre y de Portugal, y sus cantos llegaron hasta Madrid, donde anidaron y ahora buscan otras gargantas. Por eso ya hay voces que reclaman a estos nuevos héroes una pizca de tranquilidad. El problema es que no han nacido en los mares de la calma, sino tal vez en las aguas de un océano de furia… En cualquier caso, todavía en el siglo XXI la mitología es una música que seguimos bailando, aunque no seamos capaces de reconocer el origen de su auténtica melodía.
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