8 jun 2010

Un cuento de la Tierra

Retomar el blog después de varias semanas de ausencia no es fácil. Nació con el pretexto de contar historias, de reflexionar sobre los cuentos del mundo. Pero, como sucede con otras bitácoras, su gran batalla no es la que libra contra monstruos marinos o animales legendarios.

La lucha de este blog es sobre todo contra el tiempo, aunque también contra una cierta sombra del poder. Aquella que rechaza el imaginario, aquella que racionaliza todo y a todos, aniquilando a la vez los sentimientos y los sueños. Tal vez a este blog le haya tocado defender un mundo que va a perderse. Como le sucedió en Australia al pueblo que imaginó esta historia…

EL FUEGO MÁGICO

En el Jukurrpa, un anciano y dos hombres acamparon en Warlukurlangu, el lugar del fuego. El anciano, llamado Lagarto de lengua azul, era un brujo poderoso. Hacía creer que era ciego para que sus dos hijos le trajeran carne. Pero una vez sus hijos estaban fuera, dejaba el campamento y cogía su propia comida, que no compartía con ellos. Se iba a cazar a Ngama, la cueva de la serpiente arco iris, de la que consiguió sus poderes mágicos. Pero un día los hijos accidentalmente mataron un canguro que solía hablar con Lagarto de lengua azul y contarle secretos. Sin saber que era sagrado para su padre, el anciano brujo, se lo dieron para que se lo comiera. Lagarto de lengua azul se enfadó tanto que invocó un fuego mágico y lo envió tras sus hijos. El fuego los perseguía adonde quiera que fueran, quemándolos. Cada noche se extinguía, pero todas las mañanas se encendía una y otra vez, conduciéndolos por todo el país de fuego. Finalmente, en el lago salado Ngarra, se hundieron, demasiado exhaustos como para ir más lejos, y murieron.

4 comentarios:

Montse dijo...

Otra cosa que celebrar, hoy, después de haber visto salir el Sol: el regreso del contador de cuentos y además con una historia muy bonita.

Mario Aller dijo...

Gracias, Montse, pues creo que los blogueros somos, a nuestra manera, unos contadores de historias. Pero no siempre el espíritu está en forma, o la voz dispuesta a decir algo. Por eso, me alegró ver tu comentario, parecido a la luz de ese Sol del que hablas. Disfrútalo, que por aquí llueve y el día está más bien gris...
Saludos

Montse dijo...

La palabra bonita iba acompañada de comillas:"bonita". (Es que también se hundieron en el lago.)

Mario Aller dijo...

O se perdieron entre las nubes...

:-)

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