Si has leído Un caldero mágico para escribir y Guía de uso del caldero mágico, que se publicaron anteriormente, este post no te resultará extraño. Ni tampoco el documento que se muestra a continuación, y que apareció en otro sitio. En él, hace algún tiempo, escribí:
El texto que permite más modificaciones creativas es el cuento, como nos revela la cantidad extraordinaria de versiones que presentan los relatos populares, y que nuestra tecnología (televisión, ordenador, Internet) no ha extinguido. Los cuentos aún están presentes en la vida de todos los niños y niñas, y, en su mundo, la imaginación y la fantasía son elementos fundamentales…
Algunas de las ideas para inventar historias que se mencionan en el artículo ya fueron probadas con el ordenador. Usamos un programa determinado, Storybook Weaver, con el que la creación de cuentos adquiere otras funcionalidades, al facilitar las imágenes en un monitor y también el texto impreso. Pero no basta. Sabemos que existen nuevas aplicaciones en la Web 2.0 y queremos descubrirlas en el aula.
No va a resultar fácil; será necesario recurrir a nuestra propia imaginación. Sólo disponemos de un anticuado Pentium III, falto de potencia, de memoria y de espacio para guardar. Claro que además hay otro ordenador, del que hablé otro día. Pero casi es mejor decir que se trata de una pieza de museo, que todavía funciona con una antigua versión de Windows y no tiene conexión a Internet. Después está el Aula de Informática del colegio, donde nos corresponde una sesión a la semana. Esos son todos nuestros recursos tecnológicos. Y la imaginación, por supuesto.
A veces me pregunto si lo que se cuenta de la Escuela 2.0 es realmente cierto. Por desgracia, ahora no tengo tiempo para responder a esa pregunta. Antes, tendré que hablar con Antón, un alumno…
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