La confianza siempre ha sido un tema complejo. En este cuento oriental, de la tradición árabe, podemos comprobarlo. Dice así:
¿Me puedes prestar tu asno para esta tarde?, le preguntó un campesino a un mulá.
“Querido amigo –contestó el mulá-, sabes que siempre podré ayudarte, si lo necesitas. Pero sintiéndolo mucho he de decirte que mi asno ya lo he prestado”.
Emocionado por la sinceridad del mulá, el campesino agradeció sus bondadosas palabras. Entonces, mientras continuaba expresando su agradecimiento, sonó desde el establo un estruendoso rebuzno.
El campesino, desconcertado, miró sorprendido y preguntó desconfiado:
-¿Qué estoy oyendo? Tu asno está aquí, acabo de oír el rebuzno…
El mula enrojeció de rabia y gritó:
-¡Desagradecido! Te he dicho que el burro no está aquí, ¿a quién vas a creer, al mulá o al bruto rebuzno de un asno?
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