En la cultura de la caza, los niños jugaban con arcos y flechas. En una sociedad de la información, deberán jugar con la información. Usando las nuevas herramientas narrativas, la escuela puede seguir imaginando historias. Porque en la mente infantil los cuentos funcionan como pequeñas fábricas de comprensión. Y en este tiempo, esa comprensión se ve reforzada con la interacción que ofrecen las utilidades de la narrativa digital. Son eficaces herramientas para las artes del lenguaje y el juego con la información.
Como afirmó el escritor y profesor Gabriel Janer Manila, la cultura surge, sin duda, del juego, y el niño que juega es un niño que se transforma. Por tanto, si consideramos a la escritura como un juego especial y reflexivo, la construcción de historias en la mente, la elaboración de cuentos, será una actividad que incidirá en todos los aspectos del aprendizaje escolar.
Actualmente ese objetivo parece más fácil de alcanzar, pues tenemos los recursos creativos de Internet para contar nuestras historias, a través de la colaboración y la interactividad. Contar y compartir la información, esa es la fuerza de las narrativas digitales.
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