Seguro que en Cataluña hay muchas bibliotecas encantadas, pero hoy sólo quiero hablar de una de ellas. Se encuentra en el CEIP Sant Jordi, en Lleida, y allí también está Montserrat Escorsa, la maestra que se encarga de ella y de su blog. Además de ser una maravillosa bibliotecaria, es una amiga de Ismaíl, que, por cierto, siempre ha sido bien apreciado en aquellas tierras.
El curso pasado, unos niños de niñas de aquel colegio descubrieron varias historias nuevas de Ismaíl. Nadie las conocía, eran un gran secreto. Como ya se expusieron en su blog, ahora presentamos aquí dos de ellas gracias a Tikatok, una aplicación para publicar libros digitales.
Es evidente que a Montse le gustan los libros. Pero también le encantan las nuevas tecnologías y es una estupenda guía de viajes…
7 comentarios:
Me emocionas.
Me sorprendes.
Te estoy muy agradecida.
Ya me gustaría ser "una maravillosa bibliotecaria". En estos momentos disto un poco de conseguirlo.
Espero y deseo ser una buena tutora de primero de ciclo inicial. Y también deseo que en mi escuela surja un "maravilloso" equipo bibliotecario.No lo dudo.
Oh, Mario!
Que belas histórias escritas por alunos tão criativos!Também, com um professor tão competente, não poderia sair diferente.
Havia me esquecido desta ferramenta!
Abraços
Fátima, debes dicirlle iso a Montse, pois ela sabe dese nenos e nenas. Non están comigo... :-)
Pero agradezo esas palabras e pasareillas a Montse no teu nome.
Obrigado e abraços
Monte, el que más se sorprende soy yo, pues estas cosas son difíciles de imaginar, pero han sucedido...
Una amiga de Brasil, Fátima Campilho, ha dejado un comentario que en realidad es para vosotros...
Entiéndelo así. :-)
Conocí a Montse y a Ignasi en los premios Espiral. Su labor con la animación lectora y con las actividades de biblioteca es envidiable.
Antonio, conozco a Montse en y desde Internet, pero sé que lo que dices es así...
Saludos
Moitas grazas a todos.
Más de una vez pienso en las bibliotecas escolares de Portugal. Y sobre todo ahora que una persona cuida de ellas durante todo el día. Si esto ocurriese aquí, entonces las personas que ahora se dedican a las bibliotecas no virtuales, a las reales, puede que las tuviéramos más cómo debe ser, sin tanto pensar que nos falta tiempo para poder hacer correctamente las tareas más indispensables o para coordinar a otras personas voluntariosas.
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