Los niños adquieren muchos conocimientos sobre la palabra escrita a partir de los cuentos y el folclore. Cuando entran en la escuela, ya poseen sus propios esquemas mentales sobre el contenido y la estructura de los cuentos. Utilizan esos esquemas para aprender, para comprender y para evocar toda la información de los relatos.
Los estudios sobre los textos narrativos originaron las denominadas gramáticas de la historia (story grammars), como un intento de aislar los elementos fundamentales de las narraciones y las normas que describen sus regularidades. Son esquemas para los cuentos que consisten en estructuras mentales que explican sus procesos narrativos, tanto si los descubrimos mediante la lectura como si los construimos con la escritura. Por esa razón, estas gramáticas se presentan como modelos que desarrollan el armazón interno de los cuentos, y que sirve para identificar la información más sobresaliente.
No podremos retener la enorme cantidad de información que precisamos en nuestro funcionamiento cognitivo y social, si las informaciones no están más o menos eficazmente estructuradas. En la lectoescritura, la comprensión y la memoria verán reducidas sus capacidades si se produce la ausencia de un esquema apropiado.
Los cuentos populares, los cuentos maravillosos o de encantamiento, guardan en su interior una poderosa estructura organizativa. Esa estructura facilita a los niños unas considerables oportunidades de recuerdo y de comprensión de la información. Cualquier gramática de una historia es una estrategia de ayuda para la comprensión textual, y un importante recurso durante los procesos de composición escrita.
1 comentario:
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