Hace unos meses, en otro post, comentaba las dificultades tecnológicas que había en el aula. Aquel viejo ordenador del que hablaba, un Pentium III, aún existe, pero ya casi no lo usamos. Tenemos otro, pero sólo un aparato para 25 alumnos y su maestro.
Cuando tratamos la gramática de una historia, el tema se presentó como una especie de modelo para desarrollar la estructura interna de los relatos. En el aula utilizamos un modelo de gramática narrativa que divide el contenido de una historia en cinco partes: los protagonistas, los otros personajes, el escenario o lugar, el problema principal y el desenlace. En cierta medida, el modelo intenta reflejar el esquema general de una narración: personajes, motivaciones, sucesos, acciones y obstáculos, si los hubiera. Sobre todo, y como cualquier otra story grammar, es una estrategia de ayuda para la comprensión textual y un recurso durante el proceso de la composición escrita. Ah, ¡y se parece a un iPad! Nuestra tecnología ha avanzado, por fin…
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