12 oct 2012

Una habitación de libros y de tiempo

En aquellos años, recuerdo que me negaba a considerar que formaba parte de la mayoría de los hombres. Todavía era joven y lo suficientemente iluso como para pensar que podía superar las raíces de cierta condición humana, que creía hundidas en la familia y el matrimonio. Así que esquivando esos peligros que parecían inminentes, fui de un lado para otro, escribiendo poesías y conspirando para alumbrar mi camino.

Al escribir y escuchar historias, como hacía entonces, suponía que una vida podría moldearse siempre. E incluso ser controlada a través de las cosas que uno decía y realizaba. De lo que no me percaté es del modo tan poderoso que utilizan nuestras vivencias para hacerse notar. Porque hunden sus raíces en la consciencia de todos los pueblos de todos los lugares y de todos los tiempos.

Si quería contar cuentos de mí mismo en los que era un caballero valiente, eso ocurría, y tal vez algo de verdad personal habría en ello. Pero aquellas historias que contaba no moldearían finalmente mi vida, sino todo lo contrario. Por eso, seguramente tardé en comprender que la vida viene y te atrapa sin más, y que esa corriente termina por llevarse todos tus primeros cuentos, y te conduce hasta el gran océano de la mitología errante.

Actualmente, casi veinte años después de llegar a los cuentos del mundo, no queda rastro de aquel caballero valiente, y tampoco del poeta que me diferenciaba. Pero como dijo Joseph Campbell, estoy en una habitación hecha de libros. Y soy, como escribió Anne Valley-Fox, un hombre más, al lado de mi familia, entre amigos y gente del mundo, viajando juntos y a cierta distancia a lo largo de un sendero cósmico.

4 comentarios:

Rita dijo...

Los tiempos cambian,las modas,los gustos...y nosotros vamos cambando también, afortunadamente, porque siempre pienso que ese cambio, en la mayoría de los casos, es para mejor.

Un abrazo

Mario Aller dijo...

Me gusta pensar que los cambios al final nos favorecen, porque la vida de hecho nunca se detiene. Y si alguien como una hada, desde los cuentos, lo dice, tiene que ser cierto... :-)

Un abrazo

Rita dijo...

Me encanta el comentario que has hecho a mi comentario ( valga la redundancia).Todos los cambios nos enseñan algo, y siempre que se aprende algo debe ser para mejorar.Muchas gracias por seguir mi blog
Que tengas un feliz día

Fátima Campilho dijo...

Somos uma "colcha de retalhos" de todas as experiências, queiramos ou não. Se pudéssemos voltar ao passado,certamente tomaríamos outras decisões.E nosso presente seria outro. Ainda bem que não podemos prever o futuro. A incerteza de cada minuto seguinte é a beleza do viver.
Abraços

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