Alguien dijo que un hombre es siempre un contador de cuentos, que vive rodeado por sus cuentos y los cuentos de otros. Y ve todo lo que le pasa a través de ellos, e intenta vivir su propia vida como si estuviera contando un cuento.
En el siglo que se suponía de las odiseas en el espacio todavía hay tiempo para las historias. Ahora todo eso se nombra como storytelling, también como digital storytelling, y se lleva a la vida personal y laboral, e incluso se aprovecha la ocasión para recomendarnos que vivamos nuestra historia teniendo en cuenta nuestras imperfecciones. Por eso, siempre me pareció una buena idea valorar el viejo arte de contar cuentos…
3 comentarios:
¡Ah, el viejo arte de contar cuentos! ¡Y el caldero mágico donde se crean!¡Cómo me gustan las dos cosas! Un abrazo
Tomo nota de todos los recursos. Entiendo que los niños y los adultos necesitamos del cuento para desarrollar la imaginación y la creatividad. Para hacer visibles miedos y sueños. Para romper con el poder establecido... !Felicidades por tu magnífica entrada!
Deixeiche un agasallo no meu blog. Cando queiras pasa a recollelo. Un saúdo.
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