En el inicio de cualquier historia, los héroes y las heroínas son personajes que viven en mundos ordinarios, a veces muy normales. Pero un día reciben una invitación inesperada y todo cambia en ese mundo. Al principio, resisten y se niegan a aceptar esa invitación recibida, e incluso pueden rechazar llevar a cabo sus propios deseos. Mas alguien, un amigo o un aliado, los anima y con ellos atraviesan una primera puerta, por la que entrarán directamente en una aventura. Entonces, la acción empieza a aumentar poco a poco.
En cualquier caso, después de cruzar esa puerta inicial, aparecerán las pruebas, los enemigos y tal vez más aliados. En un momento de la historia, en un lugar oscuro y alejado y peligroso, resuelven cierto enigma o prueba suprema. Así es como conseguirán su recompensa. Aunque, con toda probabilidad, hay evidencias de que serán perseguidos en su camino de vuelta, en su regreso a casa y a su mundo ordinario. Después de resolverse el conflicto, atravesarán la puerta final de la aventura, y resultarán transformados por esa misma experiencia.
Mientras se nota ya el final de la acción, llegarán a la resolución de esa historia, y llegarán con la alegría y la bendición de los suyos, seguramente con un tesoro que favorecerá su nueva vida. De hecho, nada será como antes…
1 comentario:
Muy interesante esta muestra de gráfico de ritmo de las historias. Un abrazo
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