19 jul 2010

Cuentos a la carta: el proyecto

En un post anterior relataba mi primer trabajo publicado, y también hablaba de la importancia de narrar las experiencias profesionales. Porque los maestros, si aún contamos, tenemos la necesidad de afirmar nuestra propia voz. Además, reconocía especialmente mi deuda con Gianni Rodari, pues sus ideas pedagógicas y su estilo narrativo marcaron mis primeros proyectos.

Cuentos a la carta es otro ejemplo de esa influencia. En su libro Gramática de la fantasía hallé una sugerencia que me pareció sorprendente. Se trataba de utilizar las teorías sobre los cuentos populares de Vladimir Propp y un juego de naipes. Con esos dos elementos básicos Rodari decía que se podían construir sencillas narraciones orales. Y descubrí que era cierto.

La suerte llegó de nuevo y la Editorial Santillana premió este trabajo en el XVII Concurso de Experiencias Escolares. Así fue como pude adquirir mi primer ordenador, con Windows 95, y adentrarme poco a poco en las nuevas tecnologías. De alguna manera, empecé a combinar la narración oral y los cuentos populares con el nuevo mundo de las TIC. Aunque no todo fue igual de bonito. Poco tiempo después, una de aquellas niñas que participaron en el proyecto tuvo un final triste, demasiado triste. Se llamaba Susana, y, mediante las cartas del juego, inventó esta historia. Si titula Una magnífica ballena:

Era así una magnífica ballena que corría más que ninguna otra. Un día su padre enfermó gravemente y ella tuvo que ir a por una planta para curar su grave enfermedad. Así que partió en su busca.

Pero se encontró con dos tiburones. Estaban justo delante de la planta que tenía que coger, por lo que tuvo que enfrentarse con ellos. A uno le mordió y al otro le dio con una aleta. Los dos se marcharon y pudo llevarse la planta. Cuando llegó a su casa, su padre tomó esa planta y se curó al instante.

Todo el mar marino se alegró muchísimo, y hasta le hicieron una estatua por su valentía. Y así la ballena comió algas y fue muy, muy feliz.

In memoriam

4 comentarios:

Toni Solano dijo...

Storytelling, cuentacuentos, narración tradicional... siempre volvemos a lo mismo, al arte de contar, leer, escuchar. Y detrás de todo ello, historias humanas no siempre con final feliz, como en los cuentos.
En cuanto a Propp, nunca acabamos con él (ni él con nosotros). Unos antiguos compañeros siguen con proyectos ligados a Propp y también fueron premiados no hace mucho; se llaman Alquimistas de la palabra.
Un saludo y buen verano.

Mario Aller dijo...

Amigo Antonio, tal vez llegamos hasta aquí porque otros, en nuestras familias, supieron contar historias. En cualquier caso, es como bien dices: contar es escuchar, pero también leer, pensar, escribir, vivir...
No conocía ese enlace, y me parece muy bueno. Nos seguiremos leyendo, incluso en verano. ¡Felices vacaciones!

LolaBari dijo...

Hola Mario! Como siempre me sorprendes con tus post. Te dejo el enlace a un video que te abre la puerta para seguir motivando a leer y escribir. http://www.youtube.com/watch?v=oX1LM9HIk_s&feature=PlayList&p=01D4B5C6A07DA81C&playnext_from=PL&index=6Espero que te guste... Hay mucho más sitios que puedo sugerirte si te interesa.
Un abrazo desde el Fin del Mundo... Patagonia. Tu amiga Lola de Bariloche.

Mario Aller dijo...

Ya conocía ese vídeo, Lola, y me sigue gustando. Así que gracias por hacer que lo veamos de nuevo.
Siempre eres bien recibida por aquí, ya lo sabes. Por eso, he leído Patagonia y casi me lanzo... a Google Earth. De momento, no puedo hacer mucho más, pero espero que llegue un día y aparecer en Bariloche... :-)
Saludos

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