En mi aula se ha vuelto a jugar a los dados. No es que ahora creamos más en la suerte que antes; no se trata de eso. Pero es que sabemos que muchas buenas historias pueden surgir del azar. Y nuestros dados, que son los de Story Cubes, sirven para contar historias, de momento sólo oralmente. Es nuestro nuevo artefacto para contar, aunque también se hace un buen uso de algunos recursos más habituales entre nosotros. Por ejemplo, de las fórmulas maravillosas o del más mágico de los calderos…
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